¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!

¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!
sábado, 10 de mayo de 2014

Esta no es una confesión: quien me conoce, sabe que me gusta la fotografía. El arte, en general, creo que es una de las manifestaciones más apasionantes de los seres humanos. Me maravilla lo que puede salir del talento de los artistas, desde el arte más clásico hasta sus expresiones más contemporáneas o urbanas, la artesanía… Me fascina la idea de la creación, la capacidad del hombre de obtener algo a partir de elementos separados, de forma inusitada, insólita.
Justo por esa misma razón, me impresiona también la ingeniería. La ciencia, la abstracción del universo, nuestra ambición por tratar de entenderlo todo. Siempre me ha llamado la atención que la palabra Ingeniería provenga del Ingenio. Y miren ustedes, cosa hermosa: etimológicamente, ingenio viene del latín In (en) y genium (de la raíz gene, que es hacer gente). Es decir que, en principio, ingeniero es el que engendra, el que crea. Ingenium tiene que ver con el carácter, con rasgos de nuestra personalidad y nuestro talento. Pero además, en la antigua Roma, Ingenium era una máquina de guerra usada por los ejércitos romanos como los arietes para derribar murallas o ballestas gigantescas. Todo proveniente del ingenio, de la mente del hombre.
Razón vs. Pasión
No tenemos dos cerebros. Ciertamente, ya está más que estudiado que el cerebro tiene dos hemisferios y que estos controlan unas u otras funciones. Y que el hemisferio derecho tiene que ver más con los sentimientos, la emoción, mientras que en el izquierdo se aloja la racionalidad, el análisis.
Estas diferencias fisiológicas nos han hecho pensar también que cada persona desarrolla y privilegia más un lado que otro del cerebro, por lo cual hay personas más metódicas, analíticas, racionales, mientras que otras son más pasionales en su manera de abordar cualquier situación.
El asunto es: ¿por qué creer que es una cosa o la otra? ¿Por qué una persona que privilegia la razón tendría que “atrofiar” su hemisferio emotivo?
Explota tu cerebro.
Siempre nos han dicho que los seres humanos usamos una pequeñísima fracción del potencial de nuestro cerebro. Quizás porque no nos ha hecho falta nada más para sobrevivir.
Pero si quieres cambiar algo en tu vida, si lo que estás buscando es crecer como persona y como profesional, te propongo que explotes tu cerebro. Comienza a desarrollar habilidades para las cuales creías no tener ningún talento. Realiza actividades distintas, que te obliguen a pensar y a hacer cosas distintas. Sal de tu zona de confort y atrévete, poco a poco, a demostrarle a tu cerebro y a tu cuerpo de lo que es capaz.
Usa ambos hemisferios…
¿Que no sabes por donde comenzar? Hay montones de sitios por donde mirar y explorar. Y para darte una pista, déjame mostrarte algo de la teoría de las Inteligencias Múltiples.
Resulta que la inteligencia del ser humano no tiene que ver solamente con nuestras capacidades intelectuales. La inteligencia se expresa de distintas formas:


Entonces, identifica ahora cuál de estas “inteligencias” tienes más desarrollada y cuáles no. Por ejemplo: yo tengo muy claro que ni la música se me da bien, que soy un negado para el contacto con la naturaleza y que mi inteligencia corporal es cercana a cero, por no decir que estoy en deuda.
¿Qué hice? Comencé a acudir, con un grupo de amigos, a los ensayos de un coro. Una vez a la semana, unas tres horas. Es una actividad relajante, divertida, y que me ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, una desde la cual regularmente no uso. Me enseña, además de música, disciplina y amor por este arte.
Con la naturaleza, pues me decidí a tener un pequeño huerto. Cultivo tomates, calabacines, pimientos y varias cosas más. Y no saben lo que he disfrutado mientras riego las plantas o remuevo la tierra.
Con el deporte, sigo peleándome… pero ando en ello.
¿Qué puedes hacer para desarrollar otras habilidades? No es cuestión de dedicarle demasiado tiempo, pero con algo de disciplina, sin miedo, con muchas ganas, verás que la creatividad empieza a surgir y tu manera de ver el mundo cambiará para mejor...
Somos un todo complejo, un amasijo de emociones y razones, de deseos, motivaciones, paradigmas... el asunto es no quedarnos atrapados en ellas y explorar más allá de nuestro propio entendimiento, abrirnos al aprendizaje y a las nuevas experiencias.

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