¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!

¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!
viernes, 30 de mayo de 2014

En más de una oportunidad me he preguntado "qué hago yo aquí, quién me habrá mandado a venir a esta conferencia tan aburrida". Uno desearía que las presentaciones fuesen siempre una grata experiencia, pero no es así... 

Ser un buen orador no es tarea sencilla, y lograr que un grupo de personas se mantengan atentos a lo que dices es un objetivo difícil de alcanzar.

¿Cuáles son los errores mas comunes que cometen los presentadores hoye en día y cómo evitarlos? Este es mi ranking particular de los mayores desastres de los que he podido ser testigo:

1. Ser disperso: Divagar, perderse en el discurso, no recordar lo que venía diciendo antes, perder el hilo de las ideas... Que esto ocurra es una muestra de inseguridad, falta de preparación, e incluso algunos lo interpretan como una gran falta de respeto a quienes se han tomado el tiempo para escucharlo. Concentrarse en el objetivo del discurso, tener claridad en los argumentos y en la forma que debo hilarlos, para que resulten lógicos y se expliquen de forma prístina es una tarea que requiere de tiempo y práctica.

2. Ser monocorde: Usted seguramente ha interactuado ya con esas contestadoras telefónicas que le piden marcar números de su teléfono para escoger opciones que le permitan resolver su problema. Es algo realmente impersonal y fastidioso. Yo todavía prefiero tratar de comunicarme con un ser humano. Pues bien: hay personas que hablan como robots. Su voz resulta sin energía o carente de entusiasmo, no hay cambios de velocidad, volumen o tono. ¿Se han fijado como las canciones de cuna son repetitivas y monocordes? Los niños se duermen, ¿no? Nosotros también. ¡Entusiasmo, caramba!

3. Ser descoordinado: No tener control de nuestro cuerpo puede ser particularmente peligroso. Algunos literalmente bailan o se mecen en el escenario sin ningún motivo aparente. Otros, quizás peor, se quedan parados como estatuas, sin hacer gestos o movimientos de ningún tipo. Se olvidan de que el cuerpo también comunica y transmite una energía primordial para mantener la atención de las personas.

4. Ser convencional: Presentarse con un montón de láminas de Powerpoint, llenas de viñetas con texto que leo y comento brevemente, o gráficas incomprensibles. No salirse de lo que dice el libro en relación a lo que se supone que debo hacer en una presentación y ser más de lo mismo, predecible y poco memorable. Hoy en día la creatividad es fundamental para cualquiera que desee que su mensaje perdure en el tiempo. Piensa fuera de la caja, vuélvete loco por un momento y pregúntate "¿Hay alguna forma de hacer esto distinto?".

5. Ser unidireccional: Tal como está el mundo, la interacción es la norma. La gente vive conectada a otros ya no solo porque convivimos, sino porque tenemos multitud de herramientas para comunicarnos con los demás. Imaginen ahora a una persona que decide hablar, y hablar, y hablar, sin que haya un momento para que su audiencia diga algo. Horas, solo escuchando... Pues les doy una mala noticia: en cierto momento, la gente deja de escuchar, y comienza solo a oír. Su capacidad de atención disminuye y las posibilidades de que su mente divague son muy altas. La interacción con el público disminuye tremendamente esta posibilidad. Así que no hable... ¡Converse! Es mucho más efectivo y menos aburrido.

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