En más de una oportunidad me he preguntado "qué hago yo aquí, quién me habrá mandado a venir a esta conferencia tan aburrida". Uno desearía que las presentaciones fuesen siempre una grata experiencia, pero no es así...
Ser un buen orador no es tarea sencilla, y lograr que un grupo de personas se mantengan atentos a lo que dices es un objetivo difícil de alcanzar.
¿Cuáles son los errores mas comunes que cometen los presentadores hoye en día y cómo evitarlos? Este es mi ranking particular de los mayores desastres de los que he podido ser testigo:
1. Ser disperso: Divagar, perderse en el discurso, no recordar lo que venía diciendo antes, perder el hilo de las ideas... Que esto ocurra es una muestra de inseguridad, falta de preparación, e incluso algunos lo interpretan como una gran falta de respeto a quienes se han tomado el tiempo para escucharlo. Concentrarse en el objetivo del discurso, tener claridad en los argumentos y en la forma que debo hilarlos, para que resulten lógicos y se expliquen de forma prístina es una tarea que requiere de tiempo y práctica.
2. Ser monocorde: Usted seguramente ha interactuado ya con esas contestadoras telefónicas que le piden marcar números de su teléfono para escoger opciones que le permitan resolver su problema. Es algo realmente impersonal y fastidioso. Yo todavía prefiero tratar de comunicarme con un ser humano. Pues bien: hay personas que hablan como robots. Su voz resulta sin energía o carente de entusiasmo, no hay cambios de velocidad, volumen o tono. ¿Se han fijado como las canciones de cuna son repetitivas y monocordes? Los niños se duermen, ¿no? Nosotros también. ¡Entusiasmo, caramba!
3. Ser descoordinado: No tener control de nuestro cuerpo puede ser particularmente peligroso. Algunos literalmente bailan o se mecen en el escenario sin ningún motivo aparente. Otros, quizás peor, se quedan parados como estatuas, sin hacer gestos o movimientos de ningún tipo. Se olvidan de que el cuerpo también comunica y transmite una energía primordial para mantener la atención de las personas.
4. Ser convencional: Presentarse con un montón de láminas de Powerpoint, llenas de viñetas con texto que leo y comento brevemente, o gráficas incomprensibles. No salirse de lo que dice el libro en relación a lo que se supone que debo hacer en una presentación y ser más de lo mismo, predecible y poco memorable. Hoy en día la creatividad es fundamental para cualquiera que desee que su mensaje perdure en el tiempo. Piensa fuera de la caja, vuélvete loco por un momento y pregúntate "¿Hay alguna forma de hacer esto distinto?".
5. Ser unidireccional: Tal como está el mundo, la interacción es la norma. La gente vive conectada a otros ya no solo porque convivimos, sino porque tenemos multitud de herramientas para comunicarnos con los demás. Imaginen ahora a una persona que decide hablar, y hablar, y hablar, sin que haya un momento para que su audiencia diga algo. Horas, solo escuchando... Pues les doy una mala noticia: en cierto momento, la gente deja de escuchar, y comienza solo a oír. Su capacidad de atención disminuye y las posibilidades de que su mente divague son muy altas. La interacción con el público disminuye tremendamente esta posibilidad. Así que no hable... ¡Converse! Es mucho más efectivo y menos aburrido.
¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!
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viernes, 30 de mayo de 2014
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