¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!

¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!
domingo, 6 de abril de 2014

En mi pueblo hay un dicho: “el que no sabe es como el que no ve”. Muchas veces, el miedo escénico aparece cuando el presentador siente que no tiene un manejo adecuado y fluido de los temas sobre los cuales pretende hablar. Llegar en esas condiciones, es decir, a ciegas, a una presentación es, por decir lo menos, irresponsable (o una locura que podría costarte el puesto de trabajo o tu reputación).
Entonces: ¿Qué debemos hacer para preparar nuestra presentación en lo relacionado a sus contenidos? Aquí les dejo 5 claves:
1. No hables de lo que no sabes
Aunque regularmente las presentaciones tienen que ver con temas que manejamos (por algo vamos a presentar el tema), los datos, la información, los argumentos, debemos conocerlos de manera natural, como si formaran parte de nuestra cotidianidad. Me gusta decir que esa información debemos llevarla en nuestra piel, circulando junto a los glóbulos rojos y blancos en nuestra sangre, flotando entre nuestras neuronas, para que en el momento de necesitarla, esa información esté allí, disponible, sin ningún tipo de dudas.
Entonces: ¡Estudia! Lee, reflexiona sobre los temas, busca autores, contrasta posiciones, haz esquemas, resúmenes, o cualquier otra técnica que te permita adquirir más y mejores conocimientos sobre los temas a los que te vas a referir posteriormente.
Quédate con los elementos esenciales, pero también con las anécdotas, las estadísticas, las historias. Seguro que de ellas podrás echar mano posteriormente.
2. Organiza tus ideas
Hay varias formas de organizar ideas para una presentación. Regularmente recomiendo estas tres:
a. Mensajes claves: ¿Cuáles son las dos o tres ideas que quieres que las personas se lleven a su casa luego de escucharte? Imagina lo siguiente: la persona sale de tu presentación y alguien que no te escuchó le pregunta a esa persona ¿de qué fue la charla? Imagina qué es lo que quieres que esa persona diga en ese momento y anótalo.
b. Argumentos y Tipos de argumentos: Es importante tomar nota de tus argumentos, diferenciarlos y clasificarlos. Regularmente hay dos tipos: los racionales (conceptos, estadísticas, explicaciones de procesos, cronologías, ejemplos, etc.) y argumentos emotivos (anécdotas e historias, poemas, etc.) Es importante que para cada tema que escojas desarrolles tus argumentos, y de ser posible,  tengas argumentos racionales y emotivos que te permitan explicarlos e ilustrarlos convenientemente.
c. Inicio, desarrollo y cierre: ¿Qué quieres decir al principio, cuál crees que es el argumento más impactante, el que llama más la atención? Ese lo colocas al principio. Posteriormente, vas ampliando tus ideas en el desarrollo y finalmente, siempre dejas unos minutos para un cierre contundente, donde debes asegurarte de que tus mensajes claves queden claros y tus “call to action” también. Luego le dedicaremos un post más largo a este tema.
3. Búscate un aliado
Siempre es posible contar con alguien que esté dispuesto a dedicarte unos minutos de su vida a escucharte. A veces es raro pararse frente a un espejo y repetir tu discurso, así que pídele a un amigo, a tu pareja, a un colega de confianza, que te dedique unos minutos para que escuche tu presentación o al menos un resumen de ella. Que la escuche con oído crítico, es decir, que te diga abiertamente si le pareció interesante o aburrido, si las historias son apasionantes o estuvo a punto de quedarse dormido, si te quiere más enérgico o que le pongas un freno a tus energías contagiosas...
4. Piensa en lo que te podrían preguntar
¿Cuáles son los elementos de tu presentación que podrían dejar dudas en las personas? ¿Cuál es el tema más complejo para desarrollar o comprender? ¿Qué aspectos de tu temática podrían generar más curiosidad? ¿Cuáles podrían ser las preguntas más difíciles que me podrían hacer? Prepara las preguntas y piensa en posibles respuestas, incluyendo una honrosa manera de decir “no tengo ni la más mínima idea de lo que me está hablando”.
5. Entrena como los grandes


Les dejo este vídeo del entrenamiento de Usaín Bolt, plusmarquista jamaiquino de los 100 y 200 metros planos. Un monstruo de la velocidad.
Para lograr sus metas (correr 100 metros en menos de 10 segundos), comprenderán ustedes que este hombre de zancadas increíblemente largas no llega un día a la pista, corre 100 metros, y luego se va a su casa. Su entrenamiento, como pueden ver en el vídeo, es su vida. Una vida que luego se resume en una carrera, en 10 segundos, y en una victoria.
Una presentación es eso: un momento de tu vida. Y puede representar un logro personal y profesional. Pero para ello, para alcanzar tus objetivos, tienes que entrenar como los grandes. El tiempo que sea necesario, practica, estudia, repite, ensaya, hasta que tu presentación sea lo que deseas y estés seguro de lo que quieres y puedes lograr.

0 comentarios: