¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!

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domingo, 13 de abril de 2014

Estoy seguro que han oído decir que la rutina mata las relaciones.

En los libros de autoayuda siempre tienden a recomendar lo mismo: sorprende a tu pareja, sal de tu zona de confort, aventúrate, cambia de postura, come algo distinto, conozcan un nuevo paraje… pero no se queden atascados en la rutina. Porque el hombre es un animal de costumbres, y cuando se acostumbra se comporta como un animal.

El factor sorpresa

Alguna vez, en uno de mis blogs, usé como lema: “El riesgo es pasión, y la vida hay que vivirla apasionadamente”. Salir de la rutina, escapar de tu zona de confort, implica arriesgar tus propias creencias, ampliar tus horizontes. Es como cambiar de lentes: tu mirada cambia, tu percepción del mundo es otra, tu realidad se modifica e incluso, probablemente sea luego más sencillo ponerte en el lugar del otro.

Entonces, por increíble que parezca, el primer sorprendido eres tú. 

El factor sorpresa comienza en ti mismo, en darte la oportunidad de caminar por donde no lo has hecho antes, con los sentidos puestos en todo lo que te rodea, absorbiendo cada segundo para procesarlo y aprovecharlo al máximo.

El factor sorpresa es una actitud ante la vida. Es vivir en un estado de experimentación constante. Y de los experimentos no queda otra cosa que el aprendizaje.

Mantén intacta tu capacidad de asombro

Por eso, al momento de planificar una presentación, la creatividad es un valor. Está demostrado que la sorpresa, el asombro, es una emoción que impacta el cerebro de modo que es capaz de generar recuerdos que perduren en el tiempo. La creatividad y tu capacidad para asombrar te hace memorable, te convierte en un referente.

No es gratuito que alguien, para destacar sucesos reiteradamente negativos, señala que “ha perdido su capacidad de asombro”.

Las películas y los libros acuden a esta sensación permanentemente. Guiones con giros, reacciones, palabras que no eran las que esperabas leer o escuchar, son formas de atajar a tu audiencia y fijar en su memoria una experiencia inolvidable.

No permitas que tu presentación sea aburrida. Nunca. Muéveles el piso. Sacúdelos un poco. Es una emoción grata, incluso en algunos casos buscada con cierto grado de adicción (los deportes extremos o las montañas rusas son prueba de ello).
No lo dudes: el asombro, la sorpresa y la creatividad, pueden ser tus grandes aliados.

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