¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!

¡Hablemos sobre tu entrenamiento ahora!
viernes, 20 de junio de 2014

Doble Personalidad, de Ricardo Delgado Bonilla
En estos días he estado leyendo sobre el coaching, conversando sobre el tema con algunos amigos, lo que implica como proceso y sus beneficios. Resulta interesante el reconocer que, a menudo, hace falta que una persona sea capaz de escuchar y hacer las preguntas correctas para que puedas salir de una situación en la cual estás atascado, encontrar soluciones a problemas o simplemente potenciar tu capacidad para el logro de tus metas y objetivos.
Hay un elemento de este proceso que me llama mucho la atención: la necesidad de conocerte a ti mismo. Todo gracias a un proceso de interacción con el coach, de escucha activa y repreguntas que hace que te cuestiones el verdadero meollo de tus propios asuntos. No es un psicólogo, pero casi...
Sé tú mismo
Hay un mensaje que siempre trato de dejar muy claro cada vez que inicio un entrenamiento, un proceso formativo  en oratoria, es que no necesito que aprendan a “imitar” a alguien más. Ciertamente, hay personas que son estupendos oradores y que vale la pena observar y analizar su actuación sobre un escenario. Pero eso no quiere decir que debamos imitarlos.
Porque a pesar de que existen técnicas y teorías en relación a las formas más adecuadas de dirigirse a una audiencia, existe una condición previa para que estas técnicas funcionen: Debes aprender a sentirte cómodo en tu propia piel. Sentirte orgulloso de quien eres y de lo que representas, feliz por tener la oportunidad de compartir la información que ahora te dispones a entregar a quien te escucha y de recibir de ellos toda la retroalimentación que te hará crecer como persona y como profesional.
Entonces: necesito que seas tú mismo. Que sepas quien eres y te reconozcas como único y valioso. Que ese proceso de comunicación se establezca entre tu “yo auténtico” y quienes te acompañan. No necesito que tengas una personalidad “paralela”, esa que se vuelve de pronto extrovertida, o escandalosa, o divertida, cuando en la vida real eres muy serio y circunspecto. Quiero que seas genuino, que te muestres tal y como te sientes cómodo, y que desde esa posición, desarrolles todo tu potencial comunicacional.
Mentir es agotador.
De otra forma, sería como conocer a dos personas completamente distintas. Y eso tiene, según mi criterio, dos consecuencias: te obliga a un gasto mayor de energía (quien actúa y quien miente tiene que estar mucho más concentrado en lo que hace que quien dice la verdad, y si se equivoca, resarcir el error es aún más complejo) y además, genera una disonancia importante en quienes tienen la oportunidad de conocerte fuera de tu rol como portavoz o orador.
Entonces: comunícate desde tu esencia. Eso te da naturalidad y confianza. Te obliga a olvidarte de detalles que, de otro modo, te estarían taladrando la cabeza: Estarías todo el tiempo preguntándote si tu comunicación es la correcta o si, por el contrario, estás metiendo la pata. Es un estrés adicional que puede tener consecuencias impredecibles.
Las técnicas que aprendes en el entrenamiento, por su parte, servirán para desarrollar tus posibilidades, explotar tus fortalezas y trabajar en tus debilidades para que crezcas como persona y como profesional
Tendremos, al final, a tu “yo auténtico” versión 2.0, mejorado, “con esteroides”, confiado, seguro y capaz de influir positivamente en quien te escucha.

0 comentarios: